Esta será mi primera publicación en la sección de viajes y gourmet, y pensé hacerla sobre como cocino en casa, pero la verdad es que me la paso saliendo a comer a la calle.
Considero como mi colonia de hogar la Nápoles, la colonia donde está el WTC en la Ciudad de México, llevo más de 12 años en la zona y la amo no quiero salir de aquí jamás, y aquí hay varios restaurantes muy buenos dentro de estos esta Los Faroles un lugar donde la comida sabe muy sabrosa y se siente el aire de negocio local, no es precisamente el más Gourmet de la zona, ni el más caro, pero creo que el dueño es un señor que ha de haber estudiado para chef o algo así, porque sabe ponerle buen sabor y mucho empeño a organizar que platillos va a servir, sobre todo por temporada, y sus meseros siempre llegan a ofrecer platillos que no sé si estén en la carta pero algunos muy originales, tienen menú y los meseros son súper cordiales y amables, varios de ellos saben mi nombre de lo seguido que me ven por acá, me saludan aunque no sea el mesero que atiende mi mesa y la cajera también es súper linda.
Antes había sido muy coda al salir a comer sola porque lo hago casi de diario e iba a restaurantes mucho más económicos, pero la verdad es que siento que sus chefs ni en casa sus parejas e hijos comen las cosas que hacen, y peor se les caduca la comida, en Los Faroles nunca.
Normalmente llego a comer un menú con platillo principal de costilla con chilaquiles o flautas de res ahogadas o una pechuga asada con verduras al vapor. En la CDMX la costilla es una carne de res jugosa con un poco de grasa pegada a un hueso, lo digo porque si pides costilla en Oaxaca es de cerdo con carne pegada a un hueso lo que hace más hueso que carne.
Regresando a Los Faroles, hoy fue diferente, el menú que pedí fue con crema de flor de calabaza, arroz con plátano frito y chile en nogada, como siempre todo muy rico y bien preparado, la cremita con su crocante tostado, el plátano frito dulce y tierno, y el chile en nogada como debe de ser y de los mejores que he probado, con el dulce de la nogada acentuado por la granada y el relleno al punto, nada frío y de buena temperatura.
Uno de los platillos más mexicanos que puede haber es el chile en nogada, es de temporada inicia en agosto y termina a principios de septiembre sobre todo por la nuez de la nogada, una salsa de nuez con crema un poco dulce, no es picoso aún que a veces lo puede ser, a nosotros los mexicanos creo que no nos importa si lo es, hasta lo disfrutamos creo que es parte de la cultura mexicana de valiente y chiplocuda de aguantarse el picante, de afrontar las adversidades, y creo que la CDMX es el lugar donde si la vida fuera videojuego seríamos el nivel ultra hardcore.
Es muy bonito saber cómo se prepara uno de estos platillos o el porque de su nombre, el chile es grande y verde le sacan las vainas y semillas que es lo picante, y el relleno es de carne molida con frutillas que le dan un sabor dulce, muchos platillos fueron en la época de Maximiliano de Habsburgo que creo que es de los que trajo más influencias europeas a México junto con Porfirio Díaz, pero este fue un platillo servido al emperador Iturbide en Puebla, no sé porque lo sé pero hay algo de historia de los chiles en nogada en un restaurante llamado El Mural Poblano donde creo que los comía.
Si les gusta compartan, sino también, sigo escribiendo y espero sigan las buenas historias y más comida, porque #gordafeliz y #yolo